“Salem’s Lot” ha vuelto a la pantalla, y aunque esta nueva adaptación se siente un poco acelerada, nos recuerda por qué Stephen King se ganó un lugar especial en el corazón de los fanáticos del terror.
La historia sigue a Ben Mears, un escritor que regresa a Jerusalem’s Lot, el pueblo donde creció. Pero su vuelta coincide con la llegada de Barlow, un vampiro que comienza a transformar a los habitantes en criaturas de la noche. Ben, junto a un pequeño grupo de valientes, debe enfrentar esta amenaza para evitar que el mal se extienda.
Cuando King publicó “Salem’s Lot” en 1975, era apenas su segunda novela, pero rápidamente se convirtió en una de sus obras más queridas. Ahora, casi medio siglo después y con varias versiones previas, la película de 2024 está disponible exclusivamente en Max.
Como fan, debo decir que las actuaciones son desiguales y a veces faltas de chispa. Puede que el problema radique en que el guion intenta resumir una novela rica en detalles y personajes en solo 113 minutos. La trama avanza demasiado rápido, sin dar tiempo a desarrollar a los personajes o crear la atmósfera inquietante que caracteriza al libro.
Hay momentos en los que los personajes aceptan lo sobrenatural con demasiada facilidad o parecen saber más de lo que deberían sin una explicación sólida. Por ejemplo, la escena icónica donde Mark es visitado por su amigo Ralphie, ahora convertido en vampiro y flotando fuera de su ventana, pierde impacto por la falta de contexto y profundidad.
Sin embargo, el material original de King logra brillar en ciertos pasajes. La cinematografía es notable; algunas escenas están filmadas de manera que realmente ponen la piel de gallina, como cuando Ralphie es secuestrado y la cámara nos lleva a través del bosque, creando una sensación de inquietud.
Los sustos clásicos de vampiros siguen siendo efectivos. A pesar de haber visto muchas historias de este tipo, esta adaptación consigue hacernos sentir la desesperación y el miedo de los protagonistas. Quizás sea el toque maestro de King, que nos presenta personajes con los que es fácil empatizar y luego los sumerge en situaciones aterradoras.
El final puede sentirse un poco anticlimático, reflejando el ritmo acelerado de la película. Pero en general, “Salem’s Lot” de 2024 logra rendir homenaje al clásico, ofreciendo a los seguidores una dosis de nostalgia y horror.
Como admirador de Stephen King y del género, me hubiese gustado que la película se tomara más tiempo para explorar los detalles que hacen del libro una obra tan impactante. Si sos fan de King o simplemente disfrutás del terror clásico, vale la pena darle una oportunidad, aunque sea para revivir esos escalofríos que solo el maestro del terror puede provocar.

